lunes, 20 de enero de 2014

Análisis del orden en "La verdad sobre el caso del señor Valdemar" de Edgar Allan Poe

En el siguiente análisis, basado en las formulaciones teóricas del texto, “Eldiscurso del relato” del autor francés Gerard Genette, se abordará el cuento “La verdad sobre el caso del señor Valdemar” de Edgar Allan Poe de acuerdo al concepto de “orden” manejado por Genette. De este modo, observamos que el relato inicia de la siguiente manera:

De ninguna manera me parece sorprendente que el extraordinario caso del señor Valdemar haya provocado tantas discusiones. Hubiera sido un milagro que ocurriera lo contrario, especialmente en tales circunstancias. Aunque todos los participantes deseábamos mantener el asunto alejado del público -al menos por el momento, o hasta que se nos ofrecieran nuevas oportunidades de investigación-, a pesar de nuestros esfuerzos no tardó en difundirse una versión tan espuria como exagerada que se convirtió en fuente de muchas desagradables tergiversaciones y, como es natural, de profunda incredulidad. El momento ha llegado de que yo dé a conocer los hechos -en la medida en que me es posible comprenderlos-. Helos aquí sucintamente. Durante los últimos años el estudio del hipnotismo había atraído repetidamente mi atención. Hace unos nueve meses, se me ocurrió súbitamente que en la serie de experimentos efectuados hasta ahora existía una omisión tan curiosa como inexplicable: jamás se había hipnotizado a nadie in articulo mortis. (Poe)

            Ahora bien, en cuanto a la disposición temporal de los sucesos en este fragmento, encontramos la presencia de dos posiciones temporales en particular, que serán: 2 (ahora) y 1 (en otro tiempo). Por consiguiente, la distribución temporal quedará del siguiente modo: Segmento A en posición 2 (“De ninguna manera me parece sorprendente que el extraordinario caso del señor Valdemar haya provocado tantas discusiones. Hubiera sido un milagro que ocurriera lo contrario, especialmente en tales circunstancias”); B en posición 1 (“Aunque todos los participantes deseábamos mantener el asunto alejado del público –al menos por el momento, o hasta que se nos ofrecieran nuevas oportunidades de investigación, a pesar de nuestros esfuerzos no tardó  en difundirse una versión tan espuria como exagerada que se convirtió en fuente de muchas desagradables tergiversaciones y, como es natural, de profunda incredulidad”); C en posición 2 (“el momento ha llegado de que yo dé a conocer los hechos –en la medida en que me es posible comprenderlos. Helos aquí sucintamente”); D en posición 1 (“Durante los últimos años el estudio del hipnotismo había atraído repetidamente mi atención”); y finalmente E en posición 1 (“Hace unos nueve meses, se me ocurrió súbitamente que en la serie de experimentos efectuados hasta ahora existía una omisión tan curiosa como inexplicable: jamás se había hipnotizado a nadie in articulo mortis.”)
De este modo, la fórmula de las posiciones temporales queda así:
                                               A2 – B1 – C2 – D1 – E1 – F2*
            Partiendo de esta fórmula, que manifiesta una intercalación entre las posiciones temporales, encontramos que el segmento A corresponde al punto de partida narrativo, es decir, al “relato primero”, por lo que corresponde a un segmento autónomo; el segmento B, por su parte, corresponde a una analepsis interna homodiegética de tipo completiva, puesto que en él se completa la información manifestada en 1; es decir, la causa de que “el extraordinario caso del señor Valdemar haya provocado tantas discusiones”, por tal motivo, dicho segmento se encuentra subordinado a A; el segmento C, por su parte, representa una vuelta a la posición inicial (el ahora), por lo que no presenta subordinación; el segmento D, en cambio, viene siendo una analepsis interna homodiegética de tipo completiva, mas no directamente del segmento A o C (el relato primero), sino del segmento posterior, es decir, el E, puesto que en él se manifiesta la causa  de éste, es decir, el segmento D es la causa del segmente E; por su parte, entonces, el segmento E, igualmente, correspondería a una analepsis interna completiva, subordinada al segmento C, pues en él se completa la laguna expresada en dicha segmento; es decir, la narración de los hechos.
*Finalmente, hemos decido añadir un segmento extra, el F, que englobaría al resto del relato en sí, el cual, en términos generales, corresponde a una analepsis interna completiva, y que se encuentra subordinado al segmento C, puesto que dicho segmento (el resto de la historia), corresponde a la narración entera de los hechos que habían sido anunciados previamente.
            En términos generales, encontramos entonces que el orden del relato está compuesto principalmente mediante el empleo de analepsis completivas, lo cual, se explica por el hecho de que en el relato, la narración de los hechos inicia desde el presente hacia el pasado.
            Por último, en cuanto al alcance del relato, encontramos que es aproximadamente de “nueve meses”, mientras que su amplitud es inexacta, dado que en él no se específica la duración que tiene la narración de los hechos.



 Allan Poe, Edgar. La verdad sobre el caso del señor Valdemar. Biblioteca Digital Ciudad Selva.
<http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/la_verdad_sobre_el_caso_del_senor_valdemar.htm>

Genette, Gerard (1972). El discurso del relatoEnsayo de Método. París: Editions du Seuil. 


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