miércoles, 29 de enero de 2014

Post-estructuralismo - Terry Eagleton

1- ¿Cómo es posible separar el significado del significante, de acuerdo con Eagleton y los post-estructuralistas?

La idea de Saussure de definir al signo como una entidad de dos caras cuyos elementos constitutivos (significante y significado) se relacionan recíprocamente, y que por tanto, son inseparables, entra en complicaciones al replantearse la naturaleza del signo en la teoría de los post-estructuralistas, para quienes, a diferencia de Saussure (y por ende las teorías estructuralistas), un signo no constituye una entidad cuyo significante y significado se remiten mutuamente de manera precisa, al contrario, para ellos, el significado no está unido de manera firme a un significante en particular, puesto que éste se halla compuesto por otros significantes que a su vez remiten a diferentes significados y así sucesivamente, ello, implica que un significado no pueda definirse por sí mismo debido a que, dicho significado, solamente puede expresarse mediante otros significantes (cuyo significado es diferente), por tal motivo, el significado de un signo no se halla presente en éste de forma específica, sino que se encuentra “disperso en toda una cadena de significantes”. Así, un significante ya no se nos presenta de manera directa a un significado y un significado no nos remite concretamente a un significante, y por lo tanto, es posible separarlos.

2.- ¿A qué se refiere cuando dice que el significado nunca es idéntico a sí mismo?

Partiendo de la idea de que el significado de un signo se define por no significar otra cosa, es decir, por lo que no es, resulta entonces que el significado de un signo nunca remite a éste de manera “pura”, es decir, exacta y concretamente, puesto que un significado, en esencia, se compone a su vez de otros signos, los cuales, a su vez, poseen un significado compuesto por otro(s) signos que se definen también por lo que no son. Todo esto, desemboca en la consecuencia de que el significado no pueda definirse por sí mismo, puesto que siempre habrá de remitir a una infinita serie de relaciones opositivas con otros signos para poder definirse, de modo que, en palabras de Eagleton, “emplear signos ya presupone que mi significado siempre se halla disperso, dividido, nunca totalmente idéntico a sí mismo.

           De igual modo, el significado nunca es idéntico a sí mismo por su carácter “repetible o reproducible”, es decir, que puede volver a manifestarse, mas ya no en el mismo contexto, sino en uno con diferentes circunstancias, todo ello, implica que el signo modifique (no necesariamente de manera radical) su significado original, ocasionando que ya no sea idéntico a sí mismo. En cierto modo, el significado se expande y se divide en una serie de significados que habrán de variar de acuerdo al contexto en que sean usados.

3.- ¿Cómo sería una experiencia o un concepto "libre de toda mácula"?
Somos lenguaje. Somos las frases y los clichés de los que estamos hechos.

Un concepto “libre de toda mácula” sería aquel cuyo significado fuera idéntico a sí mismo, es decir, que se definiera por sí mismo y no por su relación diferencial con otros signos. En otras palabras, sería aquel cuyo significante remitiera única y rigurosamente a un solo significado, a una relación unívoca e inseparable entre ambos elementos, aunque, como resulta evidente, dicho concepto “libre de toda mácula” no es más que una ficción,  puesto que, como dice Eagleton, “no hay concepto que no se encuentre enredado en un juego sin término fijo en torno de la significación, horadado por fragmentos y mareas de otras ideas. 

4.- ¿Qué es un significante trascendental?

El concepto de significante trascendental está en estrecha relación con la respuesta a la pregunta anterior, puesto que éste significante viene a ser aquel cuyo significado lo define de manera “pura”, es decir, que su significado es idéntico a sí mismo, de modo que éste habrá de definirse por sí mismo y no por su relación diferencial con otros signos. Todo esto, como lo menciona Eagleton, ha de colocar a dicho significado “por encima del sistema, sin mancharse con el juego o movimiento de las diferencias lingüísticas”, aunque, es preciso aclarar, requisito fundamental de esta independencia de los demás signos habrá de ser la anterioridad existencial de éste a los otros, colocándolo en una posición primaria en la jerarquía de significados, y por consiguiente, ha de constituirse como “el signo en torno del cual giran todos los otros y al que todos los demás reflejan dócilmente.” O en otras palabras, “el signo que da significado a todos los demás”, “el significado de significados”.

5.- ¿Qué es la desconstrucción?

La desconstrucción parte esencialmente del cuestionamiento del concepto de oposición binaria que proponía la teoría estructuralista para definir el signo, de esta forma, para la desconstrucción esta idea de definir un signo por lo que no es, o sea: su opuesto semántico, entra en complicaciones al apreciar que, aquellos significados a los cuales un signo se contrapone antitéticamente  y que por consiguiente excluye para poder definirse, no se encuentran plenamente excluidos ni son ajenas  a su significado. Partiendo de esta idea entonces, encontramos que la desconstrucción pretende “empezar a deshacerse de esas oposiciones, y a demostrar cómo un término de la antítesis queda secretamente inherente en el otro.”
            Así, desconstrucción viene a ser “la operación crítica por la cual se pueden socavar en parte esas oposiciones, o por las cuales se puede ver que se socavan mutuamente en el proceso del significado textual.”
            Ahora bien, en cuanto a la desconstrucción aplicada al ámbito literario, hallamos que esta operación crítica “intenta poner de manifiesto cómo esas oposiciones, a fin de conservar su sitio, a veces caen en la trampa de trastocarse o de desplomarse, o necesitan desterrar a lo marginal del texto ciertas molestas fruslerías que bien pueden regresar para seguir molestando.” Así, entonces, “la táctica de la crítica desconstructiva consiste en hacer ver cómo los textos acaban por poner en aprietos sus propios sistemas de lógica.”

Bibliografía:
Eagleton, Terry. Una introducción a la teoría literaria. Fondo de Cultura Económica. 1998. México, D.F.

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